En el marco de la COP30, que este año reúne a los líderes climáticos del mundo en Brasil, Colombia anunció oficialmente el inicio de la fase 3 del Acuerdo de pago por reducción de emisiones. Esta nueva etapa permitirá movilizar hasta 40 millones de dólares destinados a profundizar la construcción de un modelo rural bajo en carbono en la región de la Orinoquía.
La iniciativa, liderada por el Ministerio de Ambiente en articulación con el Ministerio de Agricultura y el Banco Mundial, busca fortalecer la acción climática en territorios rurales, impulsar la restauración ecológica y promover modelos productivos sostenibles que apoyen a comunidades campesinas, indígenas, afrodescendientes y demás poblaciones locales.
“Un reconocimiento a la capacidad de conservar”
Durante el anuncio, la ministra de Ambiente (e), Irene Vélez Torres, destacó el alcance de esta colaboración internacional: “Gracias a la cooperación que hemos construido con el Banco Mundial y con los gobiernos de Alemania, Noruega y el Reino Unido, podremos poner en marcha un programa que reconoce y compensa económicamente nuestra capacidad de conservar ecosistemas”.
Vélez Torres señaló que el acuerdo representa una garantía de apoyo directo a las familias rurales, que desde sus territorios sostienen y protegen ecosistemas estratégicos mediante prácticas agro-campesinas locales.
La implementación del programa se concentrará específicamente en la Orinoquía, una región clave por su enorme riqueza en agrobiodiversidad.
“Allí es fundamental fortalecer las economías campesinas, cuyo trabajo asegura la conservación del agua y sostiene la vida que depende de los bosques”, subrayó la ministra.
Una apuesta por una transición justa
Este acuerdo —respaldado por los países donantes del Fondo BioCarbono— profundiza el compromiso de Colombia con una transición justa, integrando biodiversidad, clima y desarrollo territorial. También fortalece el liderazgo del país en la creación de mecanismos innovadores de financiamiento climático basados en resultados.
Con la tercera fase, Colombia podrá ampliar las intervenciones realizadas previamente para reducir emisiones derivadas de la deforestación y, además, demostrar avances concretos en restauración ecológica, uso sostenible del suelo, fortalecimiento de economías rurales bajas en carbono y en la implementación de instrumentos climáticos que movilizan inversión y refuerzan la resiliencia territorial.
Un trabajo de gobierno articulado
El Ministerio de Ambiente enfatizó que este paso reafirma la articulación del Gobierno del presidente Gustavo Petro para integrar las agendas ambiental y agropecuaria bajo un enfoque de transición justa, inclusión social y equidad territorial.
Con esta nueva fase del acuerdo, Colombia busca consolidar un modelo que no solo protege la Orinoquía, sino que impulsa un cambio estructural en la forma en la que el país piensa y vive su relación con los ecosistemas.
Foto: Presidencia de la República
