
Cada 22 de abril, el mundo entero se une para conmemorar el Día Internacional de la Madre Tierra, una fecha que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el planeta y a actuar de manera urgente frente a la crisis ambiental que enfrentamos.
Esta conmemoración, proclamada por las Naciones Unidas desde 2009, no es solo un recordatorio simbólico, sino una alerta global que clama por una transformación profunda de nuestros estilos de vida, sistemas de producción y consumo, y modelos económicos, con el fin de garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.
Este año, el lema global es «Planeta saludable, humanidad resiliente», destacando la necesidad de restaurar los ecosistemas, frenar la pérdida de biodiversidad, y construir comunidades más conscientes, inclusivas y preparadas para los desafíos del cambio climático.
“La Tierra no nos pertenece; nosotros pertenecemos a la Tierra”, nos recuerda una antigua sabiduría indígena. Y en esa frase se encierra la urgencia de repensar nuestra forma de habitar el mundo.
En Colombia y en distintos países del mundo, se están llevando a cabo actividades comunitarias, plantaciones de árboles, limpiezas de ríos, encuentros académicos y jornadas de espiritualidad ecológica que conectan la defensa del planeta con los valores éticos, culturales y espirituales de los pueblos.
La Plataforma Ecoespiritualidad, por ejemplo, ha promovido espacios de oración, arte y acción social bajo el lema «En paz con la naturaleza», articulando voces de comunidades de fe, juventudes, ambientalistas y líderes sociales en una apuesta colectiva por la justicia ecológica. https://ecoespiritualidad.org
¿Qué puedes hacer tú hoy por la Madre Tierra?
- Participar en actividades de restauración ecológica.
- Reducir el consumo innecesario y practicar la economía circular.
- Exigir a los gobiernos y empresas políticas sostenibles y responsables.
- Educar y sensibilizar a otros sobre la emergencia climática.
- Cuidar con amor y respeto cada rincón de naturaleza que habitas.
En este Día de la Madre Tierra, recordemos que el planeta no necesita que lo salvemos; necesita que dejemos de destruirlo. Y que cada gesto, cada decisión y cada palabra puede ser una semilla de esperanza.
Porque cuidar la Tierra es cuidar la vida.