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Santa Marta, epicentro diplomático: Colombia acoge la IV Cumbre CELAC–UE en un momento clave para el multilateralismo

El Medio
  • noviembre 5, 2025
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Santa Marta, epicentro diplomático: Colombia acoge la IV Cumbre CELAC–UE en un momento clave para el multilateralismo

La reunión birregional busca renovar la relación entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea con acuerdos concretos en transición energética, digital y ambiental.


Por Redacción El Medio | Santa Marta, Colombia

Colombia se prepara para concentrar la atención diplomática internacional. Los días 9 y 10 de noviembre, Santa Marta será sede de la IV Cumbre CELAC–Unión Europea, un encuentro que reunirá a 12 jefes de Estado, 6 vicepresidentes y 23 cancilleres, además de delegaciones de 60 países y organismos multilaterales, con el objetivo de redefinir una relación birregional que busca actualizarse frente a los desafíos del siglo XXI.

La cita se produce en un contexto de tensiones geopolíticas, transiciones aceleradas y cuestionamientos al sistema multilateral. La CELAC y la UE llegan a esta reunión con el propósito declarado de pasar de la retórica a los hechos, estableciendo una hoja de ruta con metas verificables que permita que la cooperación se traduzca en beneficios tangibles para las sociedades de ambas regiones.

El eje de la agenda será la llamada “triple transición”: energética, digital y ambiental. La expectativa es alcanzar compromisos para avanzar hacia modelos de desarrollo más justos, sostenibles e inclusivos. Esta Cumbre busca también revisar los términos de una relación históricamente asimétrica, en medio de la presión latinoamericana por superar lógicas extractivas y por garantizar mayor autonomía tecnológica y productiva.

La lista de asistentes refleja el peso estratégico del evento. Entre los líderes confirmados se encuentran el presidente del Consejo Europeo, António Costa; el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; la primera ministra de Barbados, Mia Amor Mottley; el primer ministro de Portugal, Luis Montenegro; el primer ministro de Belice, John Briceño; el primer ministro de Finlandia, Petteri Orpo; el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi Martínez; el primer ministro de los Países Bajos, Dick Schoof; el primer ministro de Guyana, Mark Phillips; el primer ministro de San Cristóbal y Nieves, Terrance Drew; y el primer ministro de Croacia, Andrej Plenković. También asistirán vicepresidentes de Bélgica, Haití, Eslovenia, Luxemburgo, Cuba y la Comisión Europea, junto con representantes de 21 organismos internacionales.

La Cumbre tendrá un inicio simbólico. El domingo 9 de noviembre, una autoridad espiritual arhuaca de la Sierra Nevada encabezará un acto de armonización para dar la bienvenida a las delegaciones en el Centro de Convenciones Santamar, seguido de la foto oficial. El gesto no es casual: pretende incorporar una perspectiva territorial y ancestral en un debate global donde la región quiere ser reconocida como guardiana de biodiversidad y conocimiento ecológico.

Más allá de la agenda formal, el encuentro incluirá reuniones bilaterales de alto nivel y espacios paralelos con sociedad civil, sector privado, academia y organismos multilaterales. Se espera que estos diálogos permitan avanzar en temas como integración comercial, innovación científica, financiamiento climático, autonomía sanitaria y cooperación digital.

¿Qué está en juego? La relación CELAC–UE llega a esta Cumbre marcada por intereses cruzados.

  • Europa busca consolidar alianzas ante la competencia geopolítica de China y Estados Unidos, asegurar acceso a minerales estratégicos y fortalecer cadenas de suministro.
  • América Latina y el Caribe exigen condiciones más equitativas para la transición energética, más inversión y menos dependencia, además de un nuevo trato frente al cambio climático.

El gran interrogante es si esta Cumbre supondrá un punto de inflexión hacia una cooperación más horizontal o si quedará limitada a declaraciones de intención.

Para Colombia, el encuentro representa una vitrina diplomática y una oportunidad para posicionarse como puente entre ambas regiones. El Gobierno ha insistido en la necesidad de que la alianza se fundamente en “corresponsabilidad y justicia climática”, en línea con su apuesta por un multilateralismo más inclusivo.

Por ahora, todas las miradas estarán puestas en Santa Marta. Durante 48 horas, la ciudad será un laboratorio de negociación política y un termómetro para medir el grado de voluntad real de dos regiones que, pese a su historia compartida, aún buscan construir una agenda común con resultados verificables.

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