Panel “Libertad de Creer” reunió a líderes religiosos y defensores de derechos humanos contra el hostigamiento por motivos de fe
Con una convocatoria plural, sensible y profundamente humana, la Universidad Santo Tomás fue escenario del panel “Libertad de Creer: Hostigamiento Religioso y Derechos Humanos”, un espacio de diálogo interreligioso y académico que reunió a líderes espirituales, académicos y defensores de derechos humanos para reflexionar sobre las amenazas que enfrentan muchas personas y comunidades en Colombia por causa de sus creencias.
El encuentro, que tuvo lugar en el edificio El Aquinate, se distinguió por la profundidad de las intervenciones, el respeto por la diferencia y la apertura al diálogo. Durante más de una hora, los panelistas compartieron testimonios, experiencias y propuestas para enfrentar el hostigamiento por motivos religiosos, visibilizar las violencias simbólicas y físicas, y promover un respeto genuino por la diversidad de creencias, como camino hacia la paz, la reconciliación y la justicia social.
Diversidad espiritual, unidad en la defensa de la vida y los derechos
Entre los y las panelistas estuvieron la doctora Lilia Solano, reconocida defensora de derechos humanos; la reverenda Rita Fidelia Gómez Orta, obispa de la Iglesia Antigua de las Américas; el padre Michael Cuevas, representante de la Iglesia Sirio Ortodoxa; el SubDiácono Andrés Mauricio Quevedo, docente de la Facultad de Teología de la Universidad Santo Tomás, el diácono permanente Alirio Cáceres Aguirre, coordinador de la Mesa Ecoteológica Interreligiosa (MESETI) y Coordinador Pedagógico de la Plataforma Ecoespiritualidad; y el señor Marlon Cantillo, director de la Confesión Islámica Ahlul Bayt Colombia.
Cada uno, desde su experiencia espiritual, elevó una voz firme por la libertad de conciencia, al tiempo que denunció las formas de violencia que aún persisten contra comunidades creyentes y no creyentes, en especial en territorios afectados por el conflicto armado, el racismo y la exclusión.
“El hostigamiento religioso no solo vulnera derechos individuales, sino que erosiona la democracia misma. Por eso es urgente reconocer la espiritualidad como parte del tejido vivo de la sociedad y como un pilar esencial para la paz y el cuidado de la vida en todas sus formas”, afirmaron algunos de los panelistas.
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Un llamado urgente a la convivencia en la diferencia y a la paz con la naturaleza
El panel dejó claro que los avances legales en la libertad de cultos deben ir acompañados de transformaciones culturales profundas. Persisten prácticas de exclusión, estigmatización y silenciamiento hacia quienes viven su fe —o su no creencia— de manera libre y diversa.
También se advirtió sobre el riesgo que enfrentan comunidades de sabiduría ancestral, cuya conexión espiritual con la tierra y la naturaleza es deslegitimada o instrumentalizada. En ese sentido, se hizo un llamado a reconocer el derecho a creer en armonía con la naturaleza, a vivir la fe como expresión de amor, cuidado y equilibrio con la Madre Tierra.
“La libertad de creer —o de no creer— es un derecho sagrado que nos invita a convivir con respeto, a sanar heridas del pasado y a construir una sociedad donde quepan todas las voces, todas las formas de espiritualidad y todos los sueños de dignidad”, afirmaron los y las participantes al cierre del evento.
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Una apuesta colectiva por la paz y la justicia espiritual
El evento fue organizado con el respaldo de diversas plataformas interreligiosas, organizaciones comunitarias y académicas, comprometidas con el respeto a la libertad religiosa y a la diversidad de cosmovisiones que enriquecen el alma de Colombia.
El público asistente —estudiantes, docentes, líderes de comunidades de fe, representantes sociales— valoró el panel como un espacio transformador, donde se tejieron vínculos entre espiritualidad, derechos humanos, democracia y paz con la naturaleza.
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Por otro lado, durante el evento se presentó la campaña “Libertad de Creer”, una iniciativa liderada por organizaciones de la sociedad civil que tiene como propósito visibilizar las distintas formas de hostigamiento y discriminación religiosa que aún persisten en Colombia, especialmente en contextos de conflicto y exclusión social. La campaña busca promover el respeto a la diversidad de creencias, convicciones y prácticas espirituales, así como fortalecer la convivencia pacífica entre comunidades de fe, espiritualidades ancestrales y expresiones no religiosas, reconociendo su papel en la transformación social y en la construcción de tejido social.
“Libertad de Creer” se fundamenta en principios universales como la dignidad humana, la libertad de conciencia, el pluralismo religioso y el derecho a vivir sin miedo a ser perseguido o marginado por las creencias que se profesan o se deciden no profesar. A través de acciones pedagógicas, comunicativas y de incidencia pública, la campaña busca generar conciencia social y abrir espacios de diálogo intercultural e interreligioso, esenciales para avanzar hacia una cultura de paz, inclusión y reconciliación.
Aquí puedes descargar algunas piezas gráficas de la campaña “Libertad de Creer”:
Concluyó así un panel que no solo dejó reflexiones profundas, sino también sembró esperanza: la de una Colombia donde el derecho a creer no sea motivo de persecución, sino de encuentro; donde las espiritualidades se unan en torno a la vida, el diálogo y el cuidado de nuestra casa común.
