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El papel del campesinado en Colombia: reconocimiento y retos pendientes

El Medio
  • junio 2, 2025
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El papel del campesinado en Colombia: reconocimiento y retos pendientes

Cada primer domingo de junio, Colombia celebra el Día Nacional del Campesino, una fecha que reconoce la labor de quienes cultivan la tierra y sostienen la seguridad alimentaria del país. Sin embargo, más allá de los homenajes, esta jornada pone en evidencia los desafíos que enfrenta el sector rural.

La celebración del Día del Campesino en Colombia fue instituida en 1965 mediante el Decreto 135, durante el gobierno de Guillermo León Valencia. La iniciativa surgió gracias a Augusto Franco, empleado de la extinta Caja Agraria, quien propuso establecer una fecha para reconocer el trabajo campesino. Desde entonces, cada primer domingo de junio se conmemora esta jornada, coincidiendo con la memoria del Papa Juan XXIII, de origen campesino, fallecido el 3 de junio de 1963.

Más allá del reconocimiento, esta fecha también es un recordatorio de los desafíos que enfrenta el campesinado colombiano, desde el acceso limitado a recursos hasta la vulnerabilidad frente al cambio climático.

Los campesinos representan el 28,2% de la población colombiana, es decir, 14,6 millones de personas. Su trabajo es esencial para la producción de alimentos y la estabilidad de la economía rural. En el primer trimestre de 2025, la agricultura aportó $15,7 billones al PIB nacional, evidenciando la relevancia del campo en la estructura económica del país. Sin embargo, el acceso al empleo sigue siendo un reto: solo 6,4 millones de campesinos tienen trabajo, lo que equivale al 43,8% de la población rural. Además, la mayoría trabaja en condiciones de informalidad, con el 53,4% desempeñándose por cuenta propia, mientras que solo el 24,2% está empleado en empresas particulares.

El campesinado colombiano enfrenta múltiples dificultades, desde la falta de acceso a recursos hasta la precariedad laboral. La desigualdad de género es otro factor preocupante: mientras que el 74,6% de los hombres campesinos están ocupados, solo el 36,9% de las mujeres tienen empleo, lo que refleja una brecha estructural que aún no ha sido abordada de manera efectiva. En cuanto al acceso al agua potable, en los hogares campesinos el 42,5% obtiene agua de acueductos públicos, pero el resto depende de fuentes menos seguras como pozos o aljibes, lo que supone un riesgo para la salud y el bienestar de las comunidades rurales.

A pesar de estos desafíos, el Gobierno ha implementado diversas políticas públicas para mejorar las condiciones del campesinado. Desde 2022, se han entregado 186.116 hectáreas de tierras a comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes en el marco de la Reforma Agraria, con el objetivo de garantizar el acceso a la producción agrícola. Asimismo, se han creado 13 nuevas Zonas de Reserva Campesina, abarcando más de 643.000 hectáreas, con el propósito de fortalecer la economía campesina y la sostenibilidad ambiental.

En 2024, el Gobierno firmó un acuerdo con organizaciones campesinas para acelerar la Reforma Agraria, priorizando la compra de tierras, la reactivación económica y la cofinanciación de proyectos productivos. Aunque el Plan Nacional de Desarrollo ha incluido medidas para promover la agricultura familiar y la soberanía alimentaria, aún se espera una mayor inclusión de las propuestas campesinas dentro de su implementación.

Si bien el Día del Campesino es una oportunidad para reconocer su labor, también debe ser un llamado a la acción. Es fundamental que el Estado implemente políticas que garanticen mejores condiciones laborales, acceso a recursos y apoyo para enfrentar los efectos del cambio climático.

El campesinado no solo alimenta al país, sino que también preserva la identidad rural y la biodiversidad. Defender sus derechos es asegurar el futuro de Colombia.

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